'Otto e Mezzo' o la falta de inspiración artística según Fellini

Cuando el otro día hablaba de Nine comentaba que no había que hacer referencia al original, del que trata esta entrada. Ocho y Medio cuenta la historia de un director de cine (Marcello Mastroianni) que está haciendo su novena película pero no tiene ni idea de qué hacer. El productor, los actores y todo el equipo van llegando al balneario en el que está encerrado pero no hay película.

Fellini sufrió una situación parecida al realizar esta película, incluso estuvo a punto de dimitir y abandonar la película. Tenía numerosas ideas, sensaciones y recuerdos que no sabía cómo traspasar a un guión. El resultado es una obra magistral en la que Mastroianni se convierte en una especie de superFellini con recuerdos exagerados y rodeado de mujeres que le apremian por diferentes razones.


La esencia de la película se puede resumir en estos tres fragmentos que he puesto aquí debajo: el principio, la escena del sueño (el hombre atrapado, rodeado de gente que no le ayuda); la escena del harén de mujeres de Guido Anselmi (una alegoría/reminiscencia de la infancia: el baño); y la escena final, en que todos los personajes desfilan al compás de una banda dirigida por el Guido niño, que no es sino Fellini dirigiendo todo su cosmos de personajes a la italiana. La música de Nino Rota para la película es fantástica.